Estaba sentada en una banca, tenía frío, lo miraba a los ojos como si fuera la primera vez que lo hubiera visto, sus hermosos ojos cafés, muy parecidos a los de mi madre, con un pasado doloroso reflejandose en ellos. No podía creelo. Por primera vez en la vida, sentía como mi corazón palpitaba rápidamente y mis movimientos se volvían cada vez más estúpidos. -Debe ser el frío- pensé, tratando de ignorar lo que creo que era la verdadera razón para ello. Estaba tan vulnerable, incapaz de decirle que no sin importar lo que fuera que me pidiese a pesar de que sabía que no estaba